domingo, 26 de agosto de 2007

Maneras de convertir a un niño en futuro adulto sin autoestima

LLevo unos días leyendo un libro en el que me han llamado la atención diversas cosillas que he ido leyendo y quería compartir con vosotros porque quizás os pueda interesar...

Existen diversas formas de convertir a un niño en futuro adulto sin autoestima:
a)Sobreprotegiendo: imponiendo constantes y arbitrarios lími­tes al niño y más tarde al adolescente (imponer límites es lógicoy necesario, abusar de ellos es sobreproteger y sobrecontrolar),amándole el sutil mensaje de que no sirve para nada o de que es inferior al resto de los niños, no dejándole jugar en el parquecon los demás niños, ni acercarse a los perros, ni volver por su propio pie desde el colegio cuando los demás niños de su clase lohacen. O, ya más mayor, olvidando que una cosa es que te pon­gan una hora límite de llegada a casa y otra muy distinta que tupadre te venga a esperar a la salida de la discoteca para contro­lar con quién vas, a dónde o si has bebido o no. Otro modo de sobreproteger a un hijo es poniéndoselo todo demasiado fácil, con lo que su cuidador o padre acaba enviándole un mensaje sin palabras: como tú eres un inútil, lo vamos a hacer todo por ti. La sobreprotección siempre es mala: en la mayoría de los casos, crea a un adulto sin autoestima y, en otros, a un futuro narcisista.

b) Discriminando: comparando desfavorablemente a un her­mano con otro, o imponiendo roles distintos: los niños no llo­ran y las niñas son aseadas, el niño viste de azul y la niña de rosa.
c) Ignorando: dejando al niño al cuidado de gente ajena ala familia que lo cría por dinero pero no se implica emocionalmente. Enzarzándose en continuas discusiones con la pareja frente al hijo, como si éste no existiera, haciéndole sentir miedo e impotencia.

d)Haciéndose la mártir: técnica normalmente femenina con­sistente en hacer a la criatura responsable del sufrimiento mater­no, recurriendo a las quejas, los reproches, las lágrimas, las ame­nazas de que les va a provocar un ataque, etcétera. «¡Con todolo que me sacrifico yo por ti!», «¡yo, que dejé de trabajar para criaros como Dios manda y me lo pagáis así!», «¿en qué me habré equivocado para que me haya salido así este crío?», o su variante «¿qué he hecho yo para merecer esto?», frase que inmor­talizó Almodóvar pero que formaba parte del acervo culturalmaterno desde tiempos inmemoriales.

e)Siendo un dictador: impo­niendo ideas, conductas, rutinas, indumentarias, etc., desde latiranía de unos padres estrictos o emocionalmente muy distantes. Condenando de manera inapelable al niño con burlas, gritos, des­pliegue de poder y dominación. «¿Cómo puedes ser tan estúpi­do/a?», «¿cómo no te das cuenta de las cosas?», «te avisé, y aho­ra vas a ver lo que te pasa por no obedecer» o «yo no tengo que darte explicaciones, lo haces porque te lo ordeno y punto».
A veces estos dos últimos roles (mártir y dictador) se combi­nan, se alternan y agregan más confusión porque también van acompañados de demandas o manifestaciones de cariño. Y si un hijo llega a quejarse, a llorar o a reclamar debido al trato que recibe, puede volver a ser juzgado, culpado y des­calificado.
(*) Extraido del libro: "Ya no sufro por amor" de Lucía Extebarría

3 comentarios:

Noemí dijo...

No sabía que leyeras algo así ahora ni tampoco tu interés por ello. ¿A qué se debe?

Ana Cris dijo...

No entiendo qué quieres decir o a qué te refieres...

BSOTS

Noemí dijo...

Pregunto por qué has puesto esto en tu blog, por qué te interesa y digo que no sabía que estuvieras leyendo algo así. ¿Ahora me entiendes?